miércoles, 4 de abril de 2012

J.A.S.P. Joven Aunque Soberanamente Palurdo...

Una broma muy pesada

La policía detiene a un joven que simula su propio secuestro ante un amigo. Llegó a quemarse un dedo para hacer más creíble la historia.
16/06/2007 03:40 / P. LAMADRID

Con sus hermanos en un bautizo, (J.A.S.P. es el del Barça)
El Código Penal tipifica la simulación de un secuestro como un delito. Tal vez este aspecto de la normativa legal era desconocido para J. A. S. P., un joven de 18 años que quiso gastar una broma a un amigo simulando su propio rapto. Probablemente el detenido, natural de Lorca (Murcia ), pero residente en Gijón, no pensaba que el asunto se le iba a escapar de las manos y que la víctima del engaño iba a recurrir a las autoridades para denunciar el secuestro.
El amigo del falso retenido se presentó esta misma semana en la comisaría, visiblemente alterado, para alertar a los policías de la grave situación en la que se encontraba J. A. S. P. Según declaró, el joven había sido secuestrado por un desconocido que amenazaba con matarle si el denunciante no pagaba el rescate exigido, que ascendía a 2.000 euros. Además, el chico explicó a los agentes que recibía amenazas e insultos por parte de una persona que había conocido a través del servicio de chat de internet Messenger . Supuestamente, se trataba del individuo que tenía retenido a su amigo en su propio domicilio, donde el presunto secuestrador le dijo que entregara el dinero del rescate.
La sorpresa llegó cuando los agentes se personaron en la vivienda de J. A. S. P. En efecto, el joven se encontraba en el interior del piso, pero no presentaba signos de estar secuestrado. De hecho, estaba en perfecto estado de salud y en compañía de dos hermanos mayores. Lo que parecía ser una operación delicada, se quedó en una falsa alarma. La víctima del rapto confesó en comisaría que todo había empezado como una obra que, con el paso del tiempo, se le escapó de las manos.
Era el falso secuestrado quien contactaba con su amigo a través de internet y simulaba ser el raptor. Además, también simuló haber sido víctima de una paliza y el robo del móvil --el teléfono desde donde el denunciante recibía las amenazas y exigencias del secuestrador-- en el parque de Isabel la Católica. El detenido llegó incluso a quemarse un dedo para hacer más creíble la historia. En definitiva, una broma que costará cara al gracioso.

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